Miguel Rix, Cantabria
Hoy bajé al patio.
Fui buscando ecos de una infancia perdida, en el fondo de mi sesera.
Tiempos, en cualquier caso, tampoco tan pretéritos.
…Gritos, jugar al balón, la peonza, una drea, las eternas y gratuitas chapas,
el pilla pilla, las peleas, muchos niños, muchas niñas, el juego de la lima,
la comba para ellas, los niños siempre con guerras,
y cuando la lluvia convencía a la arena,
una forma rectangular en el suelo, y todos juntos a jugar a la rayuela.
He buscado viejos cuentos. La cajita con recuerdos.
Pero ningún juguete como mi ventana:
Pantalla del mundo en las tardes de tormenta.
Y en la cajita, he descubierto algún libro de Dickens,
de Julio Verne, y mil pequeños sueños.
Ahora no hay niños en el patio. Sólo un solar y un letrero.
Se acabaron todos los sueños,
todas las tardes para niñas y niños, su pedacito de reino.
Esa es la letra pequeña del lustroso y gran letrero:
Próxima construcción de lujosos, (minúsculos y carísimos) apartamentos.
Y miré con anhelo la infancia.
Caminé lejos de aquello, y abrí mucho los ojos
(esos que todos tenemos… sí, que todos, aún tenemos,
que se gastan de mal-mirar, y se recargan con los sueños)
Y busqué a los niños, para aprender:
nuevos patios, nuevos juegos, nuevos sueños.
Ya no se ensucian como lo hacíamos antes.
Ya nadie les deja hacerlo:
(quietud, limpieza, para que parezcan siempre buenos)
Van con un ojo en la espalda,
la inseguridad en los tiempos modernos.
Aglutinados en columpios municipales,
vigilados por generaciones de miseria y miedo.
Ya no hay chapas, ni peonzas,
ni siquiera una lluvia cómplice (si ya ni llueve), que ayude a pintar rayuelas,
en la arena condescendiente… en el mejor de los tableros.
No hay ventanas chillonas “¡a comer!”
Ya no hay madres, si no abuelas cansadas
y abuelos deshechos y siempre enfermos.
Pero yo estoy seguro,
que los niños siguen soñando,
y que siguen inventando reinos,
allá donde les dejan hacerlo.
Pero ya no sueñan los mismos sueños.
Compiten. Ganar. Tú el segundo, Yo, El primero.
¿Jugamos al econdite? No, tengo una colección de actionman,
así que, pasando de columpiarnos,
que arriba tengo la play, y ese, ¡sí que es un gran juego!
¿Sabes? Yo soy el niño más guay,
Porque aunque no les vea mucho,
mis papás ganan buen dinero.
¿Dónde están aquellos niños?
Que jugaban con la tierra, con un palo o una mísera piedra,
Igualados por la lluvia y por el barro,
Ayudados por un cielo al que han dejado sin trabajo.
Entonces, ninguno sabíamos,
que lo importante era ser el primero.
Y no ver mucho a los padres,
aunque trajeran tantos juguetes como diera su dinero.
En el patio no había precios.
En el patio no había silencios.
En el patio, había peleas.
Pero siempre lleno de niños, haciendo de niños.
Lleno de niñas, que no por su ropa eran bellas,
(en aquel reino, dos grandes ojos que iluminaban el mundo desde el barro,
ya les hacían ser princesas)
En el patio había juegos, que nadie podía comprar.
Estaba lleno como la luna, de niñas y niños llenos,
llenos de barro, de tierra mojada
Y por supuesto, llenos de sueños.
Que fácil es borrar la memoria,
A base de edificios repletos de apartamentos
A base de construcciones,
Donde cabe mucha gente con miedo.
Miguel Rix, Cantabria
Un mundo en la hoguera
una bomba en el cielo
una herida en el bosque:
otro lobo en un cepo
Un recorte de prensa
un futuro desierto
los hombres que matan
y además por un precio
Seis contra uno a que no despierto,
tragar sus pastillas, tan sólo haré eso…
Una iglesia en la bolsa
un muro hasta el cielo
unos niños con moscas:
tan sólo son negros
Un pasado olvidado
una silla de amperios
un dinero con sangre:
un señor y su imperio
Seis contra uno a que no despierto,
tragar sus venenos, tan sólo haré eso…
Una envidia cochina
un señor que es minero
una costa da morte:
una costa de negro
Un dictador venerable
¿o un anciano culpable?
un señor con bigote
una cuenta atrás imparable
Seis contra uno a que no despierto,
inyectar su negocio aquí,
para una muerte amable
Una jet que se ríe
una mujer de cartón piedra
un chalecito en Marbella:
un jeque y toa su juerga
Unas chabolas con SIDA
un joven con pistola
un cochazo de repente:
¿a que ser yonqui no mola?
Seis contra uno a que no despierto,
tirar hacia atrás del gatillo,
aquí, disparo certero.
Una empresa que manda
un nuevo y carísimo virus
un mundo superpoblado:
esto no se arregla con tiros
Un río que estaba sano
un astronauta lanzando basura
un ser homo… no sapiens:
que malvive con la usura
Seis contra uno a que no despierto,
¿tragar sus mentiras?
Millones de padres que aman
millones de gentes sinceras
millones sin voz ni voto:
millones que mueren en guerras
Millones de risas escucho
millones de gentes pequeñas
millones de voces reales
de claros en la tormenta
Seis contra uno a que sí despierto,
si dejo de tragar con su mierda
Mañana tras soñar con mi “sueño”,
estaré activo, frío: ¡alerta!
Mañana no rondará mi soledad,
sino la gente de alma sincera
Y juntos dormiremos,
tan sólo para soñar con nuestra mente: despierta
Miguel Rix, Asturias
Voy a pintar mi bandera, Aún no sé su color, ni su forma,
ni siquiera sé si algún día, estará riéndose de mi hoy, sobre cualquier tela.
No quiero guerras, ya las tuve a cientos.
Descarto pues, que represente un lugar, una porción…
o mucho menos una utopía.
Mi bandera, será el instante, y justo, de ese color la pintaré.
Pretendo, que con sólo mirarla, este ahora, se reinstale en “otro ahora” y lo supla,
y me recuerde: que ese país inexistente que sus colores representan,
es un lugar sin muros, ni altos, ni bajos, ni prohibidos, ni asfixiantes:
Mi país, de viento y sin muros.
No, en mi bandera, no hay lugar para esos colores,
sólo hay trazos de las ridiculeces, que a esos que no se ríen, les hacen tanta gracia…
de esa tan sumamente graciosa: Ja. Ja. Ja.
Y paro ya, que ya es mucho reírse.
Mi bandera no tiene mástil, pues no tiene que erguirse triunfante ante nadie,
ni siquiera inspirar himnos con letra y letra pequeña…
Que de tanta pequeñez, acaban por agrandar a los que de tantas letras
que ponen a tantas vidas, a tantas banderas,
a tantos muros, a tantas leyes legisladas por escribientes avaros, a tantas y tantas guerras sin soldados ni trincheras (guerras de carne y hueso),
las guerras de un mundo gris… este mundo tuyo y mío,
moribundo y empequeñecido por tanta letra pequeña.
Ni hablar, mi bandera, ni tiene mástil, ni tiene himno,
ni éste letra, (ni grande ni pequeña).
Y puestos a inventar, elijo el color cristal, y pinto con brochas grandes,
compuestas por sueños pequeños.
En mi bandera hay un espejo donde puedo mirar mi hoy, y nunca mi ayer o mi luego…
Entonces, ¿Para qué hablar de cualquier mañana?
Mi bandera, Un recuerdo lleno de colores inventados de esperanza,
para decirle a quien quiera mirarla,
todos hemos heredado, esta tierra de luz y de verde y cada vez menos verde
y mucho menos agua.
Y eso significa, que nadie que ose mirarla, pueda poner más abajo,
a esos que él piensa, inferiores a él.
En mi bandera pone “prohibido prohibir”,
mirar mi bandera, y para eso, nada mejor,
que una vez que está escrita, bien dibujada, y que ni haga falta izarla…
Sea este el momento propicio, para enseñártela antes de quemarla.
Mi bandera soy yo, y asumir mis palabras, que es su mejor mástil,
y su color es mi piel, como quiera el sol pintarla.
Mi bandera es la tierra, vamos juntos a cuidarla.
Miguel RIX Aviles, Asturias (Videopoesía)
Si quieres ver está videpoesía entra en http://www.youtube.com/watch?v=ZgThThNKOYk
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